Amar y Querer 

Amar y Querer 

 En esta ocasión abordaremos un tema interesantísimo, lo digo porque Dios me ha inspirado tratar un contenido que me apasiona y me encanta, ya que el centro de esta entrega es el mismísimo Dios, es decir, el tema que vamos a tratar el día de hoy es la diferencia entre Amar y querer

Como preámbulo, es imperioso hacer alusión, al libro del principito, el libro famoso del aviador aquel, donde el principito sostiene un valiosísimo dialogo con la rosa, cito: Yo te amo, y la rosa le responde, yo también te quiero, y le dice el principito, porque si yo te dije que te amaba, ¿Tú me respondes que me quieres? le dice la rosa, ¿y no es lo mismo? Responde el principito, ¡claro que no!, no es lo mismo…. Partiendo de este dialogo hoy veremos la gran diferencia que hay entre amar y querer. Y nada que ver con la canción de José José de amar y querer, esto va mucho más allá, es más sublime, mucho más profundo, porque toca el binomio de lo trascendente y lo inmanente, la sustancia de Dios y la esencia del Adamah (el ser humano). 

Para entrar en materia, como decíamos en las aulas cuando éramos colegiales, y para que podamos comprender mejor la diferencia entre Amar y querer, inicio con una pequeña paradoja, la cual expreso de la siguiente manera: yo siempre he querido a Dios, y no obstante, Dios a mí nunca me ha querido, parece extraño, ¿verdad que sí? Vamos a explicar ahora, humildemente, lo que eso significa. 

Para poder entender lo que diremos a partir de este momento, es esencial citar a san Agustín de Hipona, que como dice mi amigo Estobel Peña, de modo coloquial, sin llegar a parecer irreverente, es el duro del negocio (1). San Agustín tiene una frase que va a dejar muy en claro la diferencia entre Amar y querer, dice el más Sabio de los Santos y el más Santo de los Sabios(2): quiere el que tiene carencias, ama, el que es pleno. Solo Dios es pleno, es perfecto, es Amor. Nosotros como criaturas, tenemos muchísimas carencias; es por ello que aquí vamos a pasar a otro nivel más profundo, a desmontar algunos aspectos superficiales de los afectos, los sentimientos, etc., aunque se que me ganare la animadversión de los comerciantes y algunos supuestos enamorados, porque claro, en el mes de febrero, dedicado al amor y la amistad y muchas otras nimiedades, nos compele a intentar aclarar ¡Que es el amor verdadero!, la diferencia entre lo que es amar y lo que es querer.

Amar y Quere

Comencemos por cambiar nuestro vocabulario, por ejemplo, cuando decimos que amamos a una persona y decimos el porqué, ipso facto, ya eso no es amor verdadero, ¿por qué? Porque, cuando conoces la razón de por qué amas, entonces ya no es amor, por ejemplo, cuando digo: yo te amo, y explico la razón, es decir: porque eres simpática, eres atenta, eres inteligente, ¡etc., que va! eso no es amor, eso que yo estoy diciéndole que es amable, inteligente, atenta; ese te quiero lo que significa en esencia es: yo necesito, que tú seas simpática y atenta conmigo; que seas inteligente a mi lado, ¿se entiende? ¡Padres y maestros espabílense! Orienten a sus hijos y estudiantes, afin que las Chicas abran los ojos, los Muchachos aterricen y descubran sus verdaderos sentimientos; Nosotros los adultos estamos llamados a la introspección,(3) a ser sinceros con nosotros mismos, y reconocer, contemplando a nuestros seres queridos que Nuca hemos amado, que hemos sido egoísta en nuestro trato con los demás. En definitiva, y siendo honestos con nosotros mismos, solo hemos mostrado nuestras carencias, y lo que es peor, muchas veces con exigencias de nuestra parte, por lo que debemos estar claros para no incurrir en el error, que siempre la criatura va a manifestar carencias. En Dios, en cambio, quien es el amor por antonomasia, es diferente. Con relación al amor, ya diría nuestro señor Jesucristo, nadie tiene mayor amor, que el que da la vida por sus amigos(4), pero Cristo, como Dios al fin, el Único que se supera a sí mismo, fue muchísimo más lejos, y no solo por este amor dio la vida por sus amigos, sino que como si fuera poco, la dio por sus enemigos, diciendo: nadie me la quita, yo la doy voluntariamente,(5) ¿y tú sabes que es lo sorprendente? Que Los enemigos de Jesucristo no eran los del imperio romano, ni judas ni el pueblo judío, no, ¡no!, el enemigo principal, némesis número uno, el antagónico de Jesucristo fuiste tú y soy yo, porque nuestros pecados lo mataron,(6) ¿y sabe que hizo El? Dio su vida por ti y por mi, cuando éramos sus enemigos, por eso reitera: no hay mayor amor que ese, amar al enemigo, Dios no necesita que nosotros le agrademos, le aplaudamos, y le adulemos, no, no, para nada, porque él es la fuente inagotable del amor; entonces, retomamos el tema: ¿Quién quiere? el que tiene carencias, como tú y yo, y son muchas; en cambio, ¿Quien ama? aquel que es ¡pleno!, y Dios es plenitud de plenitudes; por eso, y para que ustedes vean, ¿qué sucede normalmente en la pareja? Pues que la mujer conoce muy bien al hombre, porque madura primero que él, y quiere iniciar este proyecto con su prometido, etc., pero resulta que el muchacho esta todavía medio inmaduro, aún tiene mamitis aguda, prima el juego de dominó con los amigos los viernes o domingo, etc., sin embargo, la mujer se casa con la esperanza de que el hombre cambiará, de que se hará un hombre adulto, independiente, ¿y saben que sucede?, que al final el nunca cambia. Luego, tenemos el escenario contrario, el hombre con su  inmadurez y todo eso, tiene la esperanza de que esa mujer tan cariñosa, comprensiva, que entra en todas, que casi siempre cede, porque al fin y al cabo en la relación, para que funcione, alguien tiene que ceder, ¿Cierto? Pues el espera que ella nunca cambie, y al final sí que cambia, porque debemos estar claros, este asunto es de dos y ambos tienen la misma cuota de responsabilidad, ambos necesitan aunar hombros y arar hacia la misma dirección, de lo contrario el que está llevando la carga más pesada se ira de bruces, ¡por eso en los matrimonios que difícil es la relación si Dios, la fuente misma del amor, no está al centro!, si no hay un amor verdadero, es imposible hablar de donación, de entrega generosa, de perdón incondicional, porque ¿qué pasa si no hay amor en el matrimonio?, pues que la pareja de cualquier tipo que sea, si no hay amor, inmediatamente aparecen las exigencias, el famoso tu nunca y tú siempre (7)…. un ejemplo, llegamos al punto que para poder hacer llevadera la convivencia, comenzamos a poner una raya y decimos al otro tu llegas hasta aquí, tú tienes que hacer esto, esto y esto, y no te pases de la raya, ¿oíste? Luego ponemos condiciones, exigimos, y en el amor, no existen egoísmos, condiciones ni exigencias. Por eso una de las imágenes humanas, que más se asemejan al amor de Dios es el de una madre, pues es notorio que una madre daría la vida por su hijo, lo pida o no lo pida, eso es un amor incondicional, ese es gesto más cercano en nuestra pobre humanidad, de lo que es el amor de Dios. 

Un dato curioso al que quiero hacer mención es que, en japonés, amor se escribe con el siguiente ideograma (愛), el cual se pronuncia ‘’ai’’ parece complicadito, ¿Cierto? La razón por la cual traigo a colación este ideograma, es porque en esencia significa: yo daría mi vida por ti,(8) ninguno de nuestros idiomas tiene un vocablo que así lo exprese, lamentablemente para nosotros la palabra amor, son solo 4 letras, pero es bello saber que si tuviéramos que resumir o definir que es el amor, seria: !Yo daría mi vida por ti!. Te propongo un reto, esta definición japonesa de la palabra amor: ¿te atreverías a decírselo a tu pareja, a tus hijos, a tus seres queridos, etc.? Espero aceptes el desafio. 

Otro dato interesante, del que no podemos enajenarnos es que nosotros como criaturas, siempre vamos a querer, porque no podemos hacer más, ya que somos seres contingentes(9) y limitados, el único que puede amar porque es pleno es Dios. entonces yo que le pido a Dios?, yo siempre le pido tres cosas, porque miren, si le preguntan a mi esposa o a mis hijos y a los que me rodean, ¿Cómo soy? De seguro que responderán que soy un egoísta, lo dijo ya que en todo me buscó a mí mismo, quiero que me quieran, además lo exijo, etcétera, y soy muy cuadrado muchas veces; entonces, retornando a la primera pregunta de este párrafo, yo le pido a Dios que algún día, pueda ¡amar como El ama!, y sé que es posible, porque él ya lo prometió, ¿Cuándo?, cuando nuestro señor y salvador Jesucristo, en el evangelio de san Juan dice: que sean uno padre como tú y yo somos uno, en el amor, en el Espíritu Santo, saben que significa eso?, que en la vida eterna, nosotros vamos a dejar nuestras limitaciones, ya no vamos a querer, nosotros vamos a amar, y es ahí donde nosotros seremos Uno, como ellos son Uno, ¿por qué? Porque participando del amor divino, podremos amar en la misma dimensión, esto será posible, haz como hago yo, que me pongo de rodillas cuando veo mi pobreza, me arrodillo y le digo: Señor, ¡lléname!, ¡cólmame!, plenifícame!, y entonces cuando esto se dé, será posible amar en la dimensión en que él ama, ya no porque necesito que tú me acurruques, que tú me digas que me quieres, ¡no! ¡pleno, pleno!, entonces que Dios nos conceda esta plenitud en el amor, que comienza aquí, ¿esto es posible? ¡Claro que sí!, la vida eterna no es un negocio que nos (9) Contingente: que no puede darse la existencia a si mismo, sino que le viene de otro, llamado Ser Necesario, dígase Dios, según Santo Tomas de Aquino.

Vendieron disque para cuando te mueras, comienza aquí Hic et Nunc10, ¿te interesa? ¿Amar como él nos ama? Vamos a pedirlo, mientras tanto, aceptamos nuestra limitación de que queremos, pero con la firme esperanza, con el Espíritu Santo que nos ha sido dado, de que un día amaremos como él nos ama, a Dios, y al prójimo, por eso, qué bueno que estamos en el camino correcto, peregrinos, avanzando hacia el mismo Dios, que nos ama, que nos adora, por eso hermanos, oremos unos por otros, Dios nos ama. Nuestra vocación es divina, eterna, estamos llamados a ser felices amando11 por toda la eternidad. 

Un favor: Orad por mí.
Atte. Alexander Pineda


1 Por los grandes aportes realizados a la teología y al cristianismo. 
2 Así lo definía con aprecio el Pbro. Félix Rodríguez Olmo y con El, todos los hijos de la orden agustiniana, de la cual recibí gran parte de mi formación cristiana, por lo que confieso y a la vez reconozco que estoy eternamente agradecido. 
3El vocablo introspección proviene del latín “introspicere”, que significa “inspeccionar dentro”. En términos generales y según la etimología, la introspección es la observación que el individuo hace de su propio mundo interior, de sus cogniciones, emociones, motivaciones y conductas.
4 Evangelio según S. Juan 15,13 
5 Jn 10,18 indicando con esas palabras que no hay reproche, sino una muestra más de amor gratuito. 
6 Cf. Nota No. 5 4 
7 Tu nunca me complaces, nunca me tomas en cuenta, etc. Tu siempre me abandonas, siempre vas a lo tuyo, etc. 
8 Así me lo explicaba el Señor Kadokura, coronel de la policía japonesa de Tokio, quien fuera mi jefe, cuando trabajaba en la embajada del Japón en República Dominicana, él me decía que 
10 Locucion Latina que significa: aqui y ahora.
11 No queriendo.

Published by Alexander Pineda

One comment on “Amar y Querer ”

  1. ¡Qué discurso tan apasionado y reflexivo! Alexander Pineda aborda una diferencia fundamental entre el amor y el querer, tomando referencias literarias, filosóficas y religiosas. La distinción que hace entre amar y querer, subrayando la plenitud de Dios como el único capaz de amar y las criaturas como seres que quieren debido a sus limitaciones, es profunda.

    Me encanta cómo explica que el amor verdadero no se basa en necesidades o exigencias, sino en la donación, la entrega generosa y la ausencia de egoísmo. También resalta la figura maternal como una representación cercana al amor incondicional que Dios tiene por nosotros.
    El deseo de alcanzar esa plenitud en el amor y la vida eterna como un proceso presente, no solo futuro, es un recordatorio poderoso de vivir el amor en el aquí y ahora.

    ¿Qué te pareció más impactante o inspirador de su mensaje?

Leave a Reply